Algo que sucede en Roma, es que, por el enorme caudal de visitantes, es posible pasar el día entero sola, pero en los lugares de hospedaje circula tanta gente, que hasta se puede elegir la compañía.
Por eso, la última noche reuní a dos chilenas y dos estadounidenses a quienes dirigí a un comedero de bajo presupuesto llamado Pastarito, en donde por 2.50 comí una bruschettas geniales con salmón y queso ahumado. El resto del grupo estaba feliz por la relación precio - calidad.
![]() |
Frente a San Giovanni in Laterano, el modesto Pastarito cumple. Sin pretensiones. |
Había sido un buen día gastronómico. Durante el almuerzo en la Vía Cavour cambié mi opinión sobre la pizza, probando dos variedades deliciosas :
En la Via Cavour 279, amé la pizza y el calzone italiano |