Llega un momento en la vida de toda chica que está lejos de casa, en que debe enfrentarse a sus propios condicionamientos culturales.
La depilación es un tema central para las argentinas.
Pasamos tardes enteras hablando con nuestras amigas sobre accidentes y pesares, recomendamos nuevos sistemas, nos sometemos al dolor y al peligro de distintos métodos para deshacernos del pelo no deseado.
Consultamos con desconocidas, damos recomendaciones a mujeres que nunca vimos antes, ni volveremos a ver. Aceptamos procedimientos no aprobados por la organización mundial de la salud.
Venderíamos el alma al diablo para que no vuelva a crecer el pelo.
Y nunca, nunca, quisiéramos que alguien preguntara qué seríamos capaces de hacer para no depilarnos mas, pues no sabemos hasta donde llegaríamos.
El rostro de la fatalidad |