domingo, 24 de febrero de 2013

¿A DÓNDE VAN LAS BUENAS CHICAS?

Ya mencioné que en Budapest me sentí muy a gusto, y por eso me quedé un día mas de lo planeado.
Con mi adorable compañera, no nos separamos un solo momento. Cada descubrimiento lo hicimos juntas.
Una charla muy corta nos había alcanzado para tomar la decisión de unirnos y seguir adelante en Hungría, y creo que tuvimos suerte, o al menos yo se que la tuve.
No resulta sencillo acordar con personas totalmente desconocidas (y culturalmente distintas a uno), pero cada encuentro concebido por el azar traería cosas buenas.
Y yo, no dejaría de pensar un solo día en la cuestión de las coincidencias. 
Gente conociéndose y despidiéndose todo el tiempo.
La mañana del cuarto día nos encontró decidiendo el rumbo de la fecha.

¿A dónde ir?

Me encanta la cocina y todo lo relacionado a la gastronomía: desde los productos y la materia prima, hasta las técnicas y novedades culinarias.
Anita tenía tantas ganas de conocer el mercado de Budapest como yo, de modo que una vez mas había consenso.
Con tiempo y ganas de curiosear, caminamos por el gran boulevard Vámház, hasta llegar al bellísimo edificio.

Hermoso por fuera...

...y por dentro

Fue una elección acertada que ese fuera el primer paseo de la jornada, porque una vez que entramos quisimos ver cada cosa que había, movernos con tranquilidad por los pasillos, y decidir sin prisa qué compraríamos.
Absolutamente todo lo que encontramos nos encantó. Hasta quisimos llevar banderas de ésta nueva amada nación:


El propósito central era el de comprar uno de los productos mas típicos: paprika.
Una enorme cantidad de los puestos vende el producto, y la misma marca varía un poco el precio, según el vendedor.

Como buena ama de casa, cuento con la paciencia para
encontrar buenos precios

Buscar la oferta óptima es la mejor excusa para frenar en cada local, sentir los aromas, y tratar de averiguar que hay dentro de cada frasco, de cada bolsa.
Después de investigar un poco, me decidí eligiendo varios paquetes que tenían tres variedades de paprika diferentes (dos dulces, y una picante) en coquetas fundas de tela que fueron entregados oportunamente a los familiares y amigos.


                              
Yo conservé otras que se venden en envases plásticos, menos pintorescos, pero igualmente ricas y de buena calidad. 
También es posible adquirir los pequeños ajíes con los que se fabrica el condimento, colgados por todas partes:



Brillantes y perfumados racimos color carmesí: sería posible
escribirles un poema
Y no pude resistirme a llevar unos extraños pomos de un producto llamado Gulyascrem.
Por supuesto que no tenía idea de como se utilizaban o a cual es su sabor.
Aún sigo esperando que quienes recibieron el presente, me informen sobre el exótico producto



La ventaja de ir con tiempo, es que nos deteníamos en cosas que pueden ser muy corrientes, pero a nosotras nos resultaban novedades únicas:



Tubérculos magyares
No se si es porque soy una persona bastante básica, pero algo que me encantó de Europa del este, fue todo lo relacionado a la escritura.
Los carteles, la señalización, los envoltorios de los productos escritos con combinaciones de consonantes que yo jamas había visto, con tildes que me parecían singulares, estaban ahí para recordarme la distancia recorrida.
Los objetos de fascinación no necesariamente son grandilocuentes, y ese fue uno de los míos.


Marquesina en el mercado

Con ese criterio, cada centímetro caminado era apropiado para detenerme.
Sin exagerar, pero afilando la mirada, algunas cosas se hicieron merecedoras de (mi) atención, tanto dentro del mercado como en las calles:


Probablemente nunca sabré que vendían alli

Y sin criterio de clasificación, disparé mi cámara:

Tampoco sabré con seguridad a quien votar

Las palabras desconocidas, los aromas intensos y el recorridos por los distintos niveles del mercado nos dieron ganas de almorzar, y fuimos a uno de los tanto locales de comida, a buscar nuestro almuerzo.
Había mucha gente haciendo fila, de modo que no es posible consultarle al vendedor de qué se trata cada plato.
Por eso, entre todas las opciones, creo que elegimos la peor:

Almuerzo fallido

No recuerdo el nombre de lo que comimos, pero es una especie de niño envuelto (o roll, para ser mas moderna) de repollo, relleno con arroz y carne.
Empapado de una mezcla de condimentos muy fuerte para nuestros paladares, fue imposible terminar de comer nuestras porciones.
Probamos comida deliciosa en la ciudad, pero también es probable que la cuestión idiomática provoque confusiones, y ese fue el caso.
Para rematar, en otro puesto probamos lo peor de la pastelería europea


Esa pastelería era fea, sin discusión

Era imposible que malas elecciones en materia gastronómica nos desanimaran.
Seguimos mirando todas las baratijas que queríamos pero no podríamos llevar:

Budapest en todas partes


El complejo pasado se convierte
en ironía


El amor por Budapest, intacto
Y las ganas de quedarme en cada lugar
que encontraba

Las últimas horas en la ciudad se repartieron entre la sinagoga mas grande de Europa:



Devolver el saludo a quienes se asomaban del edificio Párizsi udvar:


Y disfrutar de mi última tarde de primavera junto a mi gran partner:


Siempre recordándole a quien quiera saberlo, el motivo de mi estadía en la ciudad magyar:

Las buenas y las malas








8 comentarios:

  1. Yo tambien soy ama de casa pero tengo cero paciencia, te envidio!

    Ese pomito se usara para salsas o guisos?

    El otro dia compre pimenton ahumado (smoked paprika) pero aqui en EEUU no tiene sabor. Quiero uno hungaro!

    Visitar mercados y supermarcados es una de las mejores formas de conocer una cultura.

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    1. Es una de las pocas actividades que realizo con paciencia. Terminé regalando los pomos, quise que otros los disfrutaran, y quedé con la duda.
      Y veo que seguimos teniendo el problema del sabor fantasma en USA. ¿No hay tienditas donde vendan cosas sueltas o por peso para elegir condimentos gustosos?

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    2. Volvemos al tema de la paciencia.... Compro lo que hay en el super :) En realidad, hay un par de supermercados organicos y bla bla que tiene un sector de esos. El pimenton que compre es organico y hecho en EEUU pero no tiene ese sabor tan especial del espa#ol. Y bue.

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  2. Un post repleto de comida y yo, que a esta hora con el hambre que tengo, me comería un combo bolchevique de McLenin´s.
    Admiro tu capacidad por apreciar cada detalle del lugar por donde estuviste. Sin duda, tu dedicación por lo que te gusta no refleja una persona básica, sino más bien un ser pasional.

    Espero que estes bien, un beso.

    PD: ¿Que usos tiene el/la paprika?

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    1. Todavía me sigo riendo por el combo bolchevique, sos genial.
      La paprika es pimentón, pero la diferencia entre ambos es que proviene de dos especies distintas de ají. A grandes rasgos es lo mismo y se usa como el viejo, querido y españolísimo pimentón.
      Y uno siempre está bien leyendo comentarios como los que dejás aquí.

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  3. Ese niño envuelto parecía que tenía yogurt tirado encima!!!
    Muy bueno el post, sobre todo las ultimas dos fotos y comentarios.
    Besos!!

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  4. Como ya he adelantado previamente, los posteos terminarán siendo epígrafe tras epígrafe.

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    1. No quiero descuidar las expectativas de ninguno de mis seguidores. "Posteos para todos."

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