lunes, 25 de noviembre de 2013

BORN TO DIE IN BERLIN

Hace un par de semanas estaba en la casa de mi amiga Carolina, y leí en voz alta algunos párrafos de un libro que aún no terminé, pero me encanta. Ella hizo lo mismo cuando eligió, con mucho acierto, unos fragmentos muy interesantes.
Si algo nos gusta mucho queremos darlo a conocer para compartir el placer que nos produce: hacemos sonar canciones, recomendamos esos lugares que nos parecen imprescindibles, regalamos ese libro esencial, o como en el caso anterior, directamente lo recitamos en voz alta.

Las chicas leíamos, como en el cuadro de Breyer
Fuente


A mi nueva amiga Monica, le pasaba algo así: Berlín la enamoró y quería enseñarme al menos un poco de lo que a ella la fascinaba. La noche anterior yo le había dicho que me estaba sintiendo angustiada, y ella cambió sus planes para almorzar conmigo en mi último día. No quería que me llevara una impresión triste de su querida ciudad, y nos encontramos en el hermoso Parque Victoria:

La cascada da la bienvenida


Estuvimos paseando un buen rato por otro de los imperdibles espacios verdes. Mas pequeño que el imponente Tiergarten, una de las cosas que lo hace tan hermoso es su ubicacion en la cima de la colina Kreuzberg.


Monica entre la hierba


Recorrimos algunos de sus pasadizos y caminos escondidos, escuchamos el ruido del agua, el canto de los pájaros, y nos sacamos una última foto, sintiendo el perfume de toda la vegetación.


En lo mas alto del parque, el monumento
 hecho por Karl Friedrich Schinkel

Mi compañera había compartido conmigo todo el tiempo que pudo, me mostró cosas geniales de la ciudad. Acomodó sus actividades para acompañarme, me dio animo y dedicación. Eso era mucho mas de lo que podía pedir. Por eso me despedí de ella con un abrazo, y palabras de agradecimiento que durarán por siempre.


A los pies de monumento, con Monica

Cada una tomó su camino, y yo seguí, dispuesta a aprovechar las horas que me quedaban. Mi siguiente parada fue en un museo bastante especial y poco visitado: "The ramones museum". 



La entrada



Históricamente, los fans mas intensos y numerosos de la banda hemos sido los argentinos, sin dudas. Pero resulta que el museo está ahí porque un berlines llamado Flo Hayler después de juntar cosas de la banda de Queens durante quince años, abrió el museo en el barrio Mitte. Y lo cierto es que está bien ubicado, la canción  "Born to die in Berlin" lo confirma:





No eramos mas de tres o cuatro personas las que estábamos ahi, tomando fotografías de las "reliquias" de nuestros héroes del punk: escritos originales de algunas letras, ropa o accesorios que pertenecieron a sus integrantes, flyers que anuncian sus conciertos a lo largo de los años y una pequeña selección de fotografías.



Entre la falta de luz y los recuerdos "ramoneros"

Es un espacio austero en un subsuelo. Un viejo reproductor de compact disc hacía sonar los discos de la banda y una chica apareció para subir el volumen y cambiar los discos cuando terminaban. Es una coleccion expuesta para recibir a los fanáticos que con nostalgia y emoción nos encontrábamos con estas cosas:


Los pantalones de Joey, la letra de "Swallow my pride",
un flyer y una cadena que perteneció a "Dee Dee"


Con los acordes de guitarras distorsionadas resonando en mi cabeza, me despedía de la ciudad mirando para todas partes, y caminando hasta el lugar de mi última visita: la retrospectiva de Gerhard Richter en la Nueva Galeria Nacional, en la calle Potsdamer:


Potsdamer Straße 50


Para celebrar el cumpleaños número ochenta y ocho de uno de los artistas alemanes mas importantes de su época, el museo montó "Panorama": un muestra excelente.


Algunas de la formas en las que
vio a la mujeres


Disfruté cada minuto ahí dentro. Cuando se seleccionan tantas obras de un gran artista las cosas no pueden fallar. Y decirle adiós a Alemania recorriendo la carrera de un pintor que me gusta tanto, en medio del mar tormentoso que era mi ánimo, simplemente no tenía palabras.

Imágenes de una larga y
admirable carrera 

En la puerta del museo me senté a recapitular sobre todas las cosas buenas que me estaba llevando de ahí. Los días anteriores ya se configuraban como recuerdos intensos, la certeza de un balance positivo mantenía encendido el motor que me movería al próximo país. Y tenía que dirigir la mirada a todas esas cosas increíbles que estaban sucediendo, para mantenerme en vuelo.


Manteniendo el vuelo con Richter y su "Escuadron Mustang"











6 comentarios:

  1. "Si algo nos gusta mucho queremos darlo a conocer para compartir el placer que nos produce", todo una contradicción según mi parecer aunque no este exento de hacerlo casi todos los días. También, admito que solo lo hacemos con las personas que valen la pena y acusan recibo con todo amor.
    Para los fanáticos nada es racional y si hay un museo "ramonero" hay que visitarlo, no existe austeridad o soledad que merezca siquiera pensarlo, todos en algún momento necesitamos un poco de punk rock.

    Un beso.

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    1. Yo a veces me vuelvo predicadora de esas cosas que me resultan imprescindibles e imperdibles, y como en algunos surtió el efecto deseado, sigo adelante con eso, y con el punk rock también, omnipresente en la historia de mi vida.

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  2. Vamo las piba de Breyer! Me encanto tu recorrido a Berlin, no es para nada el acartonado tipico que te pasan los familiares cuando van.
    El museo de los Ramones se me hizo muy pintoresco, re iría.

    Beso!

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  3. qué hermoso post...yo también pasaría por ese museo...todos llevamos algo punk dentro nuestro.

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  4. No soy muy rockera , pero seria novedoso visitar ese museo. Y por supuesto Berlin.
    :)

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    1. Lo bueno de Berlín es que satisface a todos: a los amantes del arte, a los de la historia, a los rockeros, a los que prefieren la noche.
      En cuanto a lo del museo, es bastante humilde, pero a los fans nos alcanza.
      Gracias por tu visita Andrea!

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