Dispuesta a dejar atrás el tedio del día anterior, empecé mi segunda jornada en la Gemäldegalerie alte meister o galería de los antiguos maestros.
En casi todas las ocasiones en las que fui a los grandes museos, lo hice por la mañana. En cada visita estuve varias horas de pie haciendo mis recorridos, y ese es el único momento del día en el que el cuerpo soporta con comodidad este tipo de visitas.
Sin dar vueltas, fui directo al ala Semper del Palacio de Zwinger, y entré acompañada por mi querida amiga, la audioguía.
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Los mejores amigos de una chica no necesariamente son los diamantes Fuente |